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¿HOY DOMINARÁS TU ANSIEDAD?

¿HOY DOMINARÁS TU ANSIEDAD?
Hay cosas que nos angustian más de lo debido, y las hay que nos angustian sin absolutamente ninguna razón; o nos exageramos el sufrimiento, o nos lo forjamos, o nos lo anticipamos.
Séneca, Epístolas Morales XIII
El cruel emperador Calígula, envidioso de los talentos y la elocuencia de Séneca, le dictó su sentencia de muerte.
Epicteto, esclavo de nacimiento, pasaba sus días trabajando y recibiendo golpes de su amo Epafrodito sin tener ni idea de si algún día sería liberado.
Marco Aurelio sospechaba de un golpe de estado a la par que un ataque repentino de los bárbaros sobre Marcomania y Sarmacia.
¿Existe alguna cantidad de ansiedad que hiciera que estas situaciones mejorasen?
A ninguno de ellos se lo pareció.
Por el contrario, comprendieron que una mente ansiosa no puede interpretar correctamente la vida, y que por lo tanto no se puede obrar virtuosamente siendo presa de la ansiedad.
Hoy, querido lector, vamos a tratar tres ideas sobre cómo manejar la ansiedad.
¿Por qué Pagar esta Deuda?
Una vez escuché algo que realmente me cambió la mentalidad; cuando sufres antes de que suceda aquello que te preocupa, básicamente lo estás sufriendo dos veces.
Poco después leería la misma idea en una carta de Séneca;
Sufre más de lo necesario quien sufre antes de lo necesario.
Piénsalo por un momento, ¿acaso no te basta el sufrimiento que cargas encima como para prestarte sufrimiento de eventos futuros?
¿No crees suficiente afrontar este momento presente como para también sufrir por algo que quizás ni llegue a suceder?
«Aún cuando algún mal tenga que venir» escribió también Séneca, «¿de qué sirve adelantarse al propio dolor?».
Exacto. ¿Qué sentido tiene sufrir por adelantado? Lo único que ganarás es… nada. Más bien perderás energía, tranquilidad y tiempo. Y perder tiempo es de los mayores errores que se pueden cometer.
No es el futuro —ni el pasado— lo que pesa sobre ti. Únicamente es este momento, el presente.
¿Entregarías lo más valioso que tienes por algo que no existe? ¿Entregarías este momento que tienes delante por un futuro incierto?
No se trata de vivir al día descuidando las consecuencias futuras. Sino de ser conscientes de que podemos planear nuestro futuro —trabajar de cara a un objetivo— pero que no es inteligente depender de él.
Ata tu felicidad a un evento futuro y vivirás angustiado toda tu vida.
Cada vez que te halles ansioso por el porvenir, detente. Presta atención a este momento, «Circunscríbete al momento presente» como decía Marco Aurelio. No te hagas desgraciado antes de tiempo, no pagues una deuda que no te corresponde.
La Esperanza es un Defecto Útil
Para los estoicos la esperanza es un defecto. ¿Qué hay más cómodo y debilitante que la creencia de que todo saldrá bien? La esperanza ilusoria nos relaja y nos nubla. Sin embargo, Séneca nos señala su utilidad para combatir la ansiedad.
Atempera el temor con la esperanza, combatiendo un defecto con otro defecto.
Haz balance, ¿cuántos de los males que tanto te atormentaron llegaron a suceder? Si eres sincero, admitirás que fueron muchos menos de los que esperabas. Y de estos, ¿cuántos fueron tan malos como los imaginaste? Confesarás que fueron menos todavía.
La fortuna —la vida— es voluble. Cambia constantemente. Algo que parecía completamente inevitable termina por ceder e incluso parece una mala broma del destino. Pero la vida es así, caprichosa.
El consejo de Séneca es simple
Tal vez suceda, tal vez no suceda, pero de momento no sucede. Mientras tanto, espera cosas mejores.
Puede suceder aquello que temes, ¡claro! Pero también hay posibilidades de que la situación se torne favorable.
Y me atrevo a decir que mucho de lo que es tu vida a día de hoy es algo que deseaste que sucediera.
No te pediré que tengas fe en algún tipo de suerte, más bien ten fe en ti mismo. Hasta el día de hoy (imagino porque estás leyendo esto) has sobrevivido al cien por ciento de tus días malos.
Sin Remedios Suaves
Mientras aconsejaba a su amigo Lucilio sobre cómo manejar los males futuros —muy similar a cómo lo estoy haciendo yo contigo—, Séneca se percata de algo vergonzoso; había perdido su entonación estoica.
Me avergüenza hablar contigo de esta forma y confortarte con remedios tan suaves. Que otro diga: “Tal vez no será”. Tú tienes que decir: “Y si es, ¿qué? Veremos quién vencerá”.
Pronto será el momento de bajar al campo de batalla. Todo lo que has aprendido, sobre lo que has leído y reflexionado, es momento de ponerlo en práctica. Le mostrarás a la vida tu filosofía de vida.
Una parte de ti no quiere que eso suceda, la otra, rebosante de fortaleza y virtud, acepta el reto para el que se ha estado preparando.
¿Qué puede haber por encima de aquel que está por encima del destino?
Eso son palabras de Séneca.
No hay nada que temer, ningún motivo de ansiedad, cuando dejas de temer al destino. Reside tu fuerza en no depender de la suerte.
La adversidad es para el carácter lo que el fuego para el oro.
La ansiedad es el temor del futuro y la pérdida del presente. Una vez confíes en tus capacidades mentales para afrontar cualquier adversidad, dejarás de temer el mañana. Consérvate bueno.
La senda estoica
Te invitamos a seguir aprendiendo sobre el estoicismo y a poner en práctica sus consejos
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Atentamente: ogmios
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